Una de las bebidas más populares de la época prehispánica que combatió el paso del tiempo junto con el tequila y el pulque, es el Tepache, el cual logró cautivar el paladar de muchas personas con su fuente principal de vida, la piña.
El exquisito tepache que hoy en día degustamos, es una de las bebidas más ricas, frescas y por supuesto demandadas durante las temporadas de calor en México.
Es sin duda una inminente muestra de espectaculares sabores que se conjugan en un delicioso tarro de esta celestial bebida.
La historia nos cuenta que dicha bebida tenía un prestigio tan alto dentro de la realeza prehispánica que únicamente podía ser bebida durante época de rituales, su consumo estaba restringido y por lo tanto sólo algunos cuantos pudientes solían deleitarse con su exquisito y peculiar sabor.
Se cuenta que el primer antecedente del Tepache es una preparación a base de la fermentación del maíz denominado Tepiatl, posteriormente con el paso de los años se introdujeron cierta cantidad de frutas que se utilizaron con la misma técnica de preparación como la manzana, la guayaba, la naranja y la piña.
La piña fungió como principal ingrediente dentro del Tepache debido a su inigualable sabor y la gran cantidad de azúcar concentrada, el resultado de su fermentación era una bebida bastante rica y agradable para el paladar; aunque sólo podía prepararse en contadas ocasiones debido a que la piña no se producía en México.
Existen diversas variantes de esta rica bebida como el Tejuino que se consume en el norte del México. Su empleo es sólo en días de festividad y eventos religiosos, dicha bebida es a base de maíz, condimentándose con frutas secas o frescas y se acompaña con nieve de limón y sal.
El Pozol es otra variante, consumido de manera habitual en los estados del sur del país, es una bebida realmente deliciosa a base de maíz y piloncillo, perfecta para los días en los que el sol calienta con todo su resplandor.
El Tepache es una excepcional bebida que bien merece un lugar en la gastronomía mexicana, probar su delicioso sabor es una refrescante experiencia al paladar cuando se conjuga lo helado con lo fermentado de la piña, rico en sabor que te hace adicto a su textura y frescura.
Es muy común encontrarlo en las plazas, “tianguis” y mercados, o bien a las orillas de la carretera, y si se sabe combinar con algún alimento, su resultado es verdaderamente grandioso. Los tradicionales tepacheros son aquellos que venden típicamente el tepache en unos barriles curiosamente pintados de vivos colores y que te ofrecen la bebida ya sea en tarros de vidrio, jarros de barro, vasos de plástico o con una simple bolsita y su popote o pajilla. En cualquiera de estas presentaciones la bebida se disfruta y guarda su frescura.
En estos días de calor, una bebida como el Tepache no debe faltar en las mesas de los tradicionales hogares. Mientras disfrutas de la tarde y una charla, quizás podrás sentir un agradable encuentro con el pasado gastronómico.